Paciente estrella

Paciente estrella

No lo voy a negar, mi última visita al endocrinólogo fue un valle de lágrimas.

Había pasado unos meses terribles. Mamá murió; experimenté el frío más terrible que haya sentido nunca; la lejanía y soledad de no estar en el lugar donde fui feliz muchos años y también, la diabetes. Todo eso me trajo una etapa muy amarga que no puedo negar y que estará ahí y quizá volverá, pero siempre como un recordatorio de que las adversidades estarán presentes para superarlas.

También, no puedo negar que fueron meses de autoconocimiento, de aprendizaje, de sacar a flote todas mis habilidades autodidactas y aprender a cuidar de mí misma con un panorama impresionantemente diferente al que vivía, todo eso me dejó un desgaste físico y emocional terrible.

Pese a mi dramática y negativa expectativa de regresar al endocrinólogo, mis números estaban bastante bien, tanto, que podrían ser los de una persona que no vive con diabetes. Me dediqué a pensar lo peor por unas cuantas hiperglucemias o hipoglucemias en un lapso de tiempo bastante considerable, algo que hoy observo conscientemente y no fueron tantas como creí, pero simplemente mi mente maquilaba el peor de los panoramas.

Puedo decir que he conocido pocos médicos como el mío, nunca había recibido consultas tan fructíferas y llenas de respuestas a mis inquietudes. Ni mensajes o charlas tan inspiradoras.

“Eres mi paciente estrella con dt1”

¡El corazón se me hizo chiquito! Me había esforzado tanto, había estado tan preocupada, había mirado las historias de todos, sus números perfectos y yo, simplemente estaba ahí intentando manejar mi diabetes cual bombero novato sosteniendo una manguera de alta presión.

Hoy estoy más tranquila, quizá no por los números, los números no nos definen, ¡nunca lo harán! Estoy más tranquila porque sé cómo reaccionar a las situaciones de alerta en mi diabetes, porque tengo un poco más de conocimiento sobre ella, porque ya no me aterra tanto ver un número alto o muy bajo.

Porque me atrevo a probar cosas nuevas, a hacer prueba y error. Porque cada día conozco gente maravillosa que comparte su historia, cosas maravillosas, sus altas y bajas y que nutre este círculo.

Y sobre todo, porque ahora sé que ser un paciente estrella no es un número. Ser un paciente estrella es aceptar que no siempre todo va a ser perfecto, que a veces van a pasar cosas extraordinarias y sobre todo estar educado al respecto y siempre, ¡siempre!… Tratar de educarte y educar a otros, más y más.

Leave A Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *